25.9.09

Cuidado con el Virus… y con la Imaginación

Existe hoy día un revuelo, ciertamente justificado, en los medios de comunicación que hablan de ciencia. Se habla de una vacuna contra el SIDA. La historia es como sigue:
El NY Times, El Universal, El País, el Excelsior y otros medios serios de alrededor del mundo, publican declaraciones de el doctor Anthony S. Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases. Nos anuncia que “una puerta se ha abierto” en la batalla contra el SIDA pues una vacuna experimental ha dado resultados alentadores; más específicamente la vacuna demostró tener una efectividad de 31% en un grupo de más de 16 mil personas.
La información se difundió después en medios menos serios y posteriormente pasó al aún más común “de boca en boca” hasta que hoy en la mañana escuché a dos personas hablando de “la nueva vacuna contra el SIDA” y de que se la querían poner.

Pero si uno es un poco más curioso, y lee el artículo del NY times, o de cualquier periódico serio, uno puede entender mejor el estudio del que se está hablando. El experimento consistió un juntar a un grupo de 16,402 voluntarios tailandeses libres del virus, inyectar a la mitad con la vacuna, inyectar a la otra mitad con un placebo, darles un seminario sobre los riesgos del SIDA, ofrecerles condones y constantemente monitorear su salud. Los resultados: 74 infectados en el grupo que recibió el placebo contra 51 de los vacunados. La diferencia es poca, pero “estadísticamente significativa”; es decir, lo más probable es que la vacuna tuvo algo que ver con los resultados. Ahora, lo primero que salta a la vista es que aunque en el estudio se tenían a más de 16 mil participantes, no sabemos que tantos se pudieron haber contagiado de SIDA; si fuera un experimento ideal, habrían sido 148 en total, 74 vacunados y 74 no vacunados de los cuales se salvaron 23. Estos números son muy alentadores para la ciencia, pero nada tienen que ver con los más de 16 mil de los que se había hablado.
Si se sigue leyendo en el artículo, se lee que sorpresivamente, el número de virus (bichitos) es el mismo en las personas afectadas, sin importar si fueron vacunadas o si sólo recibieron el placebo. Este es un claro indicador de que el mecanismo por el que funciona la vacuna, no es por anticuerpos como se creía. Fauci incluso sugiere que quizás exista algún parámetro, fundamental en este experimento, que normalmente no se asocia con la protección contra el SIDA.

En pocas palabras, la comunidad científica entiende que si bien estos resultados son muy alentadores, aún estamos muy lejos de una vacuna contra el SIDA. Esperemos que también la gente de a pie lo entienda así.



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