30.10.09

La Compleja Lectura del ADN

Cuando alguien nos habla del ADN, inmediatamente pensamos que su estructura es una espiral y que guarda código genético del dueño. Lo hemos escuchado y visto tantas veces, que es difícil pensar que la estructura se descubrió apenas en 1953 (Watson y Crick); y aunque se había sugerido que cargaba el material genético desde 1928 (Griffith), no se le podía estudiar a fondo mientras se desconociera su forma. Ahora que tenemos estas dos respuestas, para el individuo curioso, es inevitable cuestionarse, ¿cómo se pasa de la espiral con código al organismo completo? Sin lugar a dudas ésta es actualmente, una de las grandes preguntas de la biología estructural y de la ciencia en general.
La pregunta es compleja y las respuestas van cayendo con cuenta gotas. Sabemos que hay ciertas proteínas que se pegan al DNA y lo interpretan para formar otras proteínas necesarias para las diferentes células. El doctor Remo Rohs y sus colegas de la universidad de Columbia, se han dedicado a estudiar ¿cómo saben estas proteínas donde pegarse al ADN para “leer” la parte adecuada?
De acuerdo a una publicación de Rohs en la revisa Nature de esta semana, las proteínas buscan la parte adecuada del ADN en base a dos mecanismos: formación de puentes de hidrógeno con secuencias específicas y deformaciones locales en el ADN que también dependen de su secuencia. El ADN es una espiral, pero no es una espiral simétrica, sus terminaciones están más cerca de un lado que del otro. Por eso se habla de una hendidura mayor y una hendidura en su estructura (ver foto). Cuando en la secuencia del ADN tenemos una gran presencia de Adenina y Tiamina, en lugar de Guanina y Citosina (bases que forman la secuencia del ADN), la hendidura menor se hace aún más estrecha, acercando los extremos de la hélice. A estos niveles la electrostática lo domina todo. Las secuencias en cada uno de los extremos interactúan entre si, de forma constructiva en algunas partes y de forma destructiva en otras. De cualquier manera, el alcance que tienen sus interacciones combinadas es mayor y la proteína se entera más fácilmente donde están. Es un poco como si tuviéramos a dos personas separadas gritando para llamar a alguien, cuando gritan juntas se escuchan más lejos, aunque se entienda un poco menos lo que dicen.
Este estudio no responde completamente la pregunta inicial, sin embargo es un buen avance y sin lugar a dudas un mecanismo muy interesante. El doctor Rohs, nos ha iluminado el camino un poco.


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