27.5.10

Aprendamos de Roger

     Esta semana, se llevó a cavo la reunión de la Sociedad Biofísica, en San Francisco, California; más de 6,000 asistentes provenientes de todos los rincones del planeta, incluyendo a las más grandes personalidades de todas las especialidades del área. Para quienes nos dedicamos a estas artes, es como un vive latino o como un Woodstock a seis pistas. Es difícil decidir a que plática asistir pues siempre hay más de una que resulta interesante y uno nunca sabe dónde se va a encontrar una agradable sorpresa.

     Este año la sorpresa fue, para fortuna de todos los asistentes, en la plática plenaria. Prácticamente los 6,000 estábamos presentes. El responsable fue Roger Tsien, ganador del premio Nobel de química del 2008, por el descubrimiento y desarrollo de la proteína verde fluorescente.

     Roger Tsien es un bioquímico norteamericano de ascendencia china. De hecho se sabe descendiente de la familia real del antiguo reino de Wuyue (alrededor del año 1000). Sus padres fueron ambos profesores del MIT y su hermano Richard, es también un reconocido científico en Stanford. Digamos que en su familia se da eso de la ciencia.

     Durante su plática, el Dr. Tsien habló de sus más nuevos descubrimientos: Una innovadora técnica en la que usando proteínas fosforescentes y procesamiento de imágenes, puede marcar los tumores y los nervios del enfermo. Estas imágenes se muestran en vivo y el doctor que está quitando un tumor, puede ver muy claramente que tejido hay que remover y cual dejar, además de tener especial cuidado al cortar alrededor de tejido nervioso. Su elocuencia y claridad al exponer sus descubrimientos hicieron de su plática de lo más interesante, entretenida e ilustrativa.

     Pero el Dr. Tsien no es un científico común en ningún aspecto. Se ha mantenido muy activo tras obtener el premio Nobel (cosa poco común), ha mantenido su laboratorio de tamaño mediano, de forma que pueda desarrollar varios proyectos, pero aún pueda mantener una comunicación efectiva con todos sus investigadores. Durante los otros días de la reunión, era común verlo cambiando de sección, buscando la plática que más le interesaba, haciendo preguntas y provocando la sana discusión. Un científico admirable en todos los aspectos. El último día, después de entender el punto al que quería llegar el Dr. Tsien con una pregunta, me quedé pensando… estaría mucho mejor la ciencia y el mundo si tuviéramos más Rogers…

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