27.5.10

Música Para tus Zumbidos

     A todos nos ha pasado después de ir a un antro, o a un concierto, o de escuchar una molestísima alarma o cualquier sonido con volumen alto por tiempo suficiente. En los oídos se nos queda un zumbidito re molesto, que normalmente se va en unas horas; pero ese sonidito (das kleine ton) puede quedarse. Si lo buscas, lo encuentras. La repetida exposición a ese tipo de agresiones para los oídos, provoca que el mentado zumbido se haga permanente. Tiene el nombre formal de tinnitus o acúfeno.

     De acuerdo a un estudio realizado en 2004 por el doctor J. J. Eggermont, entre 1 y 3%  de la población de sociedades industrializados, muestra un nivel de acúfenos suficiente para afectar su calidad de vida. Ante este problema, los doctores Pantev, Okamoto y sus colaboradores de la universidad Westfalian Wilhelms en Muenster, Alemania, decidieron echar ojo a las causas de este mal, las analizaron y propusieron un tratamiento para corregirlo.

     Encontraron que, no obstante se puede dar por varias causas, la gran mayoría de los casos se deben a una adaptación malograda en la reorganización de la corteza cerebral. Más inteligiblemente, lo que sucede es que la corteza cerebral está constantemente reorganizándose  de acuerdo a las “necesidades” que tenemos. En este caso, cuando escuchamos algún sonido muy intensamente, se reorganiza de tal manera que, las frecuencias que prácticamente no están presentes, de cualquier forma se escuchen. Al no estar ese ruido intenso presente más, la reconfiguración trabaja como micrófono para esa frecuencia y nos hace escucharla constantemente. Es casi una venganza.

     Pero los doctores Pantev y Okamoto encontraron un remedio para la situación. Partiendo de que esa frecuencia que el cerebro nos repite de más, es porque por algún tiempo lo estimulamos de más con ella, podríamos dejar de escucharla por otro tiempo, y la corteza cerebral se reconfigurará de tal forma que nos libraremos del sonidito. ¡Bingo! Lo que hicieron estos doctores fue filtrar esta frecuencia de música de la que el paciente es fan, y le pidieron que la escuchara a placer. Después de un año, prácticamente todos quedaron curados.

     Una simple y excelente solución, para el molesto mal. Ahora sólo falta que se ofrezca “filtrado” de música para cada paciente, pues las frecuencias son diferentes en cada uno. Quizás lo veremos en el hospital, quizás en e-bay, o cualquier página de internet.

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