27.5.10

Avances Hacia el Parque Jurásico

    En la ciencia ficción, podríamos decir que hay vario niveles de balance entre ciencia y ficción. Existen temas que, si bien tienen cierto sustento teórico del lado científico, son más bien ficción pura, como los viajes en el tiempo y la tele-transportación. Otros temas son más balanceados y no sólo tienen sustento teórico sino también experimental; aunque los experimentos sólo indiquen que la parte ficticia quizás será posible en el futuro. En este nivel está la idea del parque jurásico: tomar el ADN de especies extintas, y clonándolas, lograr que habiten el planeta de nuevo.

    Esta semana, el doctor Michael Bunce de la universidad de Murdoch en Perth, Australia y un gran grupo de colaboradores presentan un trabajo en la extracción de ADN. Lograron extraer buenos segmentos de ADN del cascarón de diferentes especies extintas como patos de Nueva Zelanda, pájaros elefante de Madagascar y búhos de Australia. Algunos de los cascarones tenían más de 19 mil años de existencia.

    El DNA en los cascarones ofrece una mejor alternativa que el DNA en los huesos fósiles porque tiene 125 veces menos bacteria y en general es más estable. Debido a esto, el doctor Bunce también sugiere que el cascarón (o un substrato similar) podría ser podría ser un buen contenedor para la preservación del ADN en el futuro; sobretodo por haber demostrado su estabilidad en climas cálidos como los de Madagascar y Australia.

    Para dar el siguiente paso al auténtico parque jurásico, ahora se tiene que lograr clonar a estas especies, lo cual no es sencillo en absoluto. Por un lado, tenemos el código genético, pero no tenemos los óvulos adecuados ni la matriz necesaria para lograr la clonación. Es como haber encontrado un buen disco de acetato, pero sin el tocadiscos. Quizás se podrían usar ovarios y matrices similares. No sería la primera vez, de hecho ya se ha logrado resucitar a una especie extinta. La cabra montes de los Pirineos, en algún momento fue muy común en todo el norte de España y algunas partes del sur de Francia. Sin embargo, debido a la caza inmoderada en el siglo xix, se redujo su población drásticamente y para 1973 sólo había 30 ejemplares. En el año 2000, murió la última ejemplar. De su cadáver se guardaron secciones de ADN por si en un futuro se lograba clonar. Pasó casi una década para que el doctor José Folch, del Centro de Investigación y Tecnología de los Alimentos de Aragón, en Zaragoza, España, lograra clonar a la cabra usando los óvulos y la matriz de una cabra doméstica. Sin embargo el éxito no fue del todo rotundo pues el clon de cabra montes murió poco después de haber nacido por un problema en sus pulmones. Además, para lograr esta clonación “exitosa”, se tuvieron que  generar 439 embriones, de los cuales 57 se intentaron implantar teniendo sólo la aceptación de 7. Como se ha de imaginar, de estos 7 sólo uno logró nacer y no vivió por mucho tiempo. Algo parecido a lo que pasó con Dolly, la primera oveja clonada.   

    Como vemos, la clonación es posible, pero aún muy poco exitosa. Podríamos decir que aún tiene mucho de ficción. En el futuro veremos como se mejoran las técnicas y nos sorprenderemos con las implementaciones que se les puedan dar. Por lo pronto, para quien se interese en un parque jurásico, el doctor Bunce ya tiene listas algunas secuencias.

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