27.5.10

Los Cánceres y sus Vecinos

      En la actualidad, el cáncer es uno de los males que más afectan a la humanidad. Las cifras son variables, y cambian cada año, pero de acuerdo a la dirección general adjunta de epidemiología, en el 2001, los diferentes tipos de cáncer fueron responsables del 13.1% del total de las muertes. En la actualidad se estima que la cifra ronda el 16 %. En Estados Unidos, se estima que el 13.1% de sus muertes son causadas por algún tipo de cáncer.

    Esta situación ha creado toda una industria alrededor del cáncer, y motivado a cientos de doctores y científicos a enfocar sus esfuerzos a combatirlo. Se tienen hospitales inmensos dedicados en su totalidad a librar esta batalla.

    Para entender un poco el combate al cáncer, tenemos que entender lo que es el mismo; una modificación al código genético de las células afectadas, lo que hace que se comporten de forma no apropiada derivando en ocasiones a simples tumores “benéficos” y otras en la sustitución de las células funcionales, deteriorando el correcto funcionamiento del tejido, el órgano y finalmente el organismo, causando la muerte. Ha habido muchísimas propuestas para “curar” el cáncer. Desde el lógico procedimiento de retirar a las células afectadas a punta de navajazos y confiando en el talento del cirujano, pasando por la radiación y la quimioterapia (procedimientos en donde no se distingue entre células buenas y malas, con los evidentes negativos efectos secundarios), hasta las técnicas más modernas (aún en fase experimental, pero un poco de moda en la comunidad científica), en las que se pretende diseñar una medicina para cada paciente, que detecte el código afectado, diferente en cada caso, y mate las células. Tristemente, debo mencionar que los resultados de estas técnicas no han sido los que se esperaban, y aunque sectores de la comunidad científica sigue pensando que es una buena vía, está muy lejos de solucionar el problema de los enfermos reales.

    En medio de este lío, el doctor Yasuyuki Fujita del University College de Londres, en su última publicación (J Cell Sc 123,171-180), , nos hace un sutil y elegante señalamiento. El cuerpo tiene un mecanismo natural  para eliminar células cancerosas. ¿Por qué no estudiarlo un poco más? El doctor Fujita y sus colaboradores modificaron algunas células de un cultivo de tejido de riñón canino con el gen canceroso Src. Observaron que las células afectadas fueron expulsadas del tejido, como lo suponían. Lo más trascendente de su investigación, es que pudieron identificar como responsables de dicho fenómeno a las proteínas myosin II  y FAK dentro de las células expulsadas. Además señaló que esta expulsión se dio en dirección opuesta a la requerida para tener metástasis (reproducción celular). Este fenómeno también lo observaron en células embrionarias de pez cebra.

     En la figura vemos en el lado izquierdo células enfermas, marcadas y expulsadas por células sanas, mientras en el derecho, las células marcadas están rodeadas de más células enfermas, y no son expulsadas. Al parecer, como con todos los venenos, el problema está en la dosis. ¿Podremos mantenerla siempre baja? Continúe sus estudios doctor Fujita.

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