27.5.10

La Agencia Espacial Mexicana

    Esta semana se anunció con bombo y platillo que con 280 votos a favor, dos en contra y cuatro abstenciones, la cámara de diputados había aprobado la creación de la Agencia Espacial Mexicana, AEM. Mi primera impresión fue bastante positiva, y en general lo sigue siendo (tengo esperanza), aunque como siempre que se cruzan la política y la ciencia, hay muchas aristas sobre los que vale la pena comentar.

    Lo primero que me llamó la atención, fue el presupuesto con el que fue aprobada, 10 millones de pesos “para empezar”. No queda claro para qué son estos 10 millones, el boletín oficial no habla de ningún presupuesto anual. Pensemos que solamente el salario de un buen investigador en los EEUU anda rondando los 2 millones de pesos al año, ¿cuántos cerebros podremos retener ante esta oferta? ¿y con que salario? Por otro lado, no sé bien que equipo se esté pensando adquirir, pero para poder hacer investigación relevante a nivel mundial, es necesario adquirir equipo muy caro. Estos 10 millones no son, ni por mucho, suficientes para mantener una agencia espacial respetable. Sin embargo, el Lic. Jaime Herrera y el Ing. Fernando de la Peña, promotores de AEXA, así como el astronauta de origen mexicano José Hernández, han mencionado que se esperan obtener recursos también por parte de la iniciativa privada. Lo cual me parece fabuloso pues podría ser una agencia que detone este tipo de cooperaciones en nuestro país. Si funcionan bien algunos proyectos, seguramente las empresas privadas se darán cuenta de los beneficios que puede tener el desarrollar su propia tecnología. En el primer mundo, estas cooperaciones han formado importantes círculos virtuosos entre la industria y la ciencia.

    Otro aspecto importante, es que vamos a poder participar en proyectos de la estación espacial internacional, lo cual es importante desde el punto de vista científico y político. Es como decir “presente” en un selecto grupo de países con la capacidad de desarrollar proyectos científicos importantes. Seguramente esto ya lo tienen en mente los directores de la AEXA, esperemos trabajar bien los primeros años para poder entrar a las grandes ligas.

    En la escena local, los gobiernos de Hidalgo y Chihuahua ya saltaron para pedir ser la sede. Es bueno que se tenga esta disposición, ahora habrá que ver los planes y las ofertas en concreto.

     Por otro lado los gobiernos de Quintana Roo y Yucatán, alentados por algún científico que les quiso dar esperanza, ya se propusieron para tener un sitio de lanzamiento. Me puse a pensar en la viabilidad del tema y sólo hice bilis, así que le ahorraré el enojo, estimado lector, y me limitaré a decirle que por los próximos 20 años, ese proyecto no tiene ni pies ni cabeza. Es un ejemplo de que si no tenemos cuidado, se puede generar un círculo muy vicioso entre política y ciencia.
   
    Para concluir sólo diré que espero se le asigne más presupuesto a la iniciativa, pues es buena, se le administre bien, pues es necesario para su buen funcionamiento, y se logre interesar positivamente a la industria privada y a los gobiernos locales, pues detonaría a la ciencia en México. De otra forma, me temo que la AEXA se quedará en un poco más de atole con el dedo… con un saborcillo de ilusión.

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