27.5.10

Un Paño de Invisibilidad

     Como he dicho antes en esta columna, muchas veces es difícil saber en donde localizar la frontera entre la ciencia y la fantasía. Un experimento que pudiera haber salido del mundo del “Señor de los Anillos”, o del closet de “Harry Potter” es el de un paño de invisibilidad, una tela que al cubrir algún objeto, lo hace invisible.

     Durante muchos años, ha habido intentos serios de lograr algo parecido, seguramente podríamos encontrar antecedentes de la idea entre los alquimistas de la edad media y el renacimiento, pasando por los ilusionistas del siglo XIX y llegando a científicos formales como los conocemos hoy en día. La idea detrás de esta posibilidad, no es actualmente muy diferente a la de los ilusionistas, pensemos que su truco consiste en una serie de espejos que hacen ver al observador lo que se encuentra detrás del objeto “desaparecido”. Aunque el experimento está muy limitado, por la iluminación adecuada y el ángulo para el observador, funciona. El principio es desviar la luz, guiarla alrededor de algún objeto y regresarla a su trayectoria original; basándose en éste, se lograron fabricar cajas rígidas que hacen invisible su contenido, aunque sólo funcionan si se les ve directamente a una de sus caras.

     Uno de los pasos más impactantes hacia la invisibilidad, lo hizo el doctor Susumi Tachi en la Universidad de Tokio, que logró dar flexibilidad a estos materiales. La foto de este artículo no es efecto especial, es la foto de uno de los estudiantes del doctor Tachi usando una chamarra del material que desarrollaron. La gran limitante viene con el ángulo para el que funciona, como podemos ver en la foto, cuando el ángulo del observador no es perpendicular al plano del material, parece una tela hasta cierto punto ordinaria.

     Sin embargo, el doctor Martin Wegner del Instituto Tecnológico Karlsruhe de Alemania, y su grupo de colaboradores han logrado que el ángulo del observador sea de hasta 60 grados, bastante cerca de los 90 máximos. Ahora la limitante viene por otro lado. El material desarrollado es lo que llamamos un cristal (flexible), es decir, es la repetición ordenada de cierta estructura, lograr mantener este orden para estructuras más grandes es muy complicado. Por ahora el doctor Wegner sólo ha logrado obtener paños de unos cuantos micrómetros, mil veces más pequeños que un milímetro. El problema es un caso típico de la frontera entre la ciencia y la ingeniería. La teoría existe y el experimento ha sido exitoso, pero no se han logrado controlar mejor los experimentos para poder usar el fenómeno a placer.

     De acuerdo al mismo Dr. Wegner, aún estamos lejos (por lo menos 10 años) de realmente tener paños que logren la invisibilidad, y quizás jamás lo logremos. Por un lado me da mucha curiosidad verlos en acción, por el otro, todos los usos que se me han ocurrido son éticamente cuestionables. Seguramente el ejército será la principal fuente de recursos para estas investigaciones, veremos.

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